domingo, 24 de enero de 2010

Numeros

En respuesta A Jacky

Resulta que hace un par de meses leía el urbe y me tope con un articulo de Jackeline Ricci titulado “Los caballeros las prefieren brutas” (basado en un libro de Isabella Santodomingo), me hizo gracia pero sería necesaria la intervención de una amiga para finalmente decidirme a contestar, quería evitar a toda costa una confrontación de géneros pues ya estaba en medio de 2 discusiones así… pero esta noche mientras hacia mi habitual zapping en la tele di con un programa en Sony con el mismo titulo... Así que he decidido tomar cartas en el asunto.

Creo que en realidad la situación es al revés, Las damas los prefieren brutos (desde el animal en la cama hasta el que se queda lelo frente a la tv), sienten un placer al intentar cambiar al bruto, en domesticarlo mientras emulan el mito de Tarzán o como dice Jacky, se transforman en Campanita mientras ayudan a Peter Pan a crecer… mientras tanto, el pobre bruto no entiende lo que sucede y se cree el rey del mambo.

Resulta muy cómodo para el hombre común conseguirse a una bruta, una que se conforme con su rol secundario y espere (y acate) las instrucciones que el hombre le da, incapaz de hacer cualquier cosa que le reporte un poco de independencia (o dicho en lenguaje femenino “cualquier cosa que ponga en peligro la relación”), lo único que necesita es una casita con jardín y una cocina amplia para sentirse realizada, no me dirán ustedes que no es una papaya. Porque dicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, pero detrás de una gran mujer solo hay soledad, porque el hombre promedio no se lanza por ese barranco que solo lleva al anonimato, al embargo de los pantalones de la casa y a la agonía del ego masculino al ocupar el segundo plano.

Yo como utopista que soy busco el equilibrio entre belleza e inteligencia, no son necesarias las habilidades en el uso de la plancha, o que venga con un recetario adjunto… en realidad simplemente me basta con que la susodicha sepa que es lo que quiere y que se sienta feliz consigo misma, ¿es mucho pedir?, Lo es si tomamos en cuenta las propiedades embrutecedoras de el agua oxigenada y la relación proporcionalmente inversa entre el tamaño del tacón y el tamaño del cerebro; Así que heme aquí en una quijotesca búsqueda de una Mujer Maravilla con físico e intelecto(paso del jet invisible); La busco aún a riesgo de ser opacado por esta pero como ya he dicho en anteriores notas, tengo tendencia a la autodestrucción.

Finalmente y para Responderle A Isabella Santodomingo, uso la pregunta de Luis Fernández “¿Sabe usted como se llama el esposo de Margaret Tatcher?”

1 comentario:

Jacky Ricci dijo...

Wow! por casualidad hoy me tope con la respuesta a eso que escribi hace tanto tiempo...muy buena tu vision...y muy buenas tus ideas utopicas jeje..yo seguire echandole un vistazo a tu blog mientras el mio renace de las cenizas..

Jackeline Ricci