domingo, 24 de enero de 2010

Ironico

Sobre Mastercard y otras mentiras


Resulta que hace ya cuestión de unos meses, estaba viendo a través de CNN un reportaje sobre los efectos de la crisis económica, la misma que acabo con las clases sociales porque nos ha vuelto a todos pobres, unos mas que otros pero a fin de cuentas pobres. Volviendo al tema les contaba que estaba viendo este reportaje cada vez mas desesperanzado (Yo y el Rockefeller que habita dentro de mi) cuando cambio de canal y “voila!” Allí estaba un comercial, estaba terminando pero me dio chance de leer la frase “Hay ciertas cosas en la vida, que el dinero no puede comprar, para todo lo demás…”

El nombre de esta campaña es “Priceless” fue lanzada en el 97 y es considerada una de las mejores en la historia, y eso que el slogan no dice nada que ya no sepamos, pero, lo que en verdad me resulta irónico y motiva estas palabras es ese preciso mensaje, que sea precisamente el brazo plástico (con banda magnética) del capitalismo el que me diga que NO puedes pagar por cualquier cosa me resulto poco mas que revelador, en contraste con la frase que alguna vez me dijeron: “Estudia y gana bastante plata, porque cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”.

Así que digo yo, quiero proponerles un comercial y cuando lo hagamos vamos a estrenarlo en VTV:

Esta un rancho en la parte mas alta del barrio, mientras la cámara se acerca una de las laminas de zinc se desprende del techo, y cae peligrosamente cerca de el fogón donde una olla en precario equilibrio recalienta una mugrienta sopa, una muchacha embarazada sale cargando una criatura en el brazo mientras remueve el contenido de la olla, cuando repentinamente y por azares del destino descubre que al lado de la lamina de zinc que se desprendió está una pequeña tarjeta plástica… ahí es donde empieza el comercial:

• Guardería: 30 BsF / Hora
• Almuerzo decente: 80 BsF
• Vestido de Moda con tacones a juego: 400 BsF
• Visita a la peluquería (Corte, tinte, etc.): 450 BsF
• Taxi desde un centro comercial a cualquier discoteca 20 BsF
• Olvidarte por unas horas de una vida plagada de injusticia, trabajo y sufrimiento…si tiene precio
Hay ciertas cosas en la vida que el dinero no puede comprar, para todo lo demás existen otros métodos de pago

Y coño no se me pongan moralistas:

Díganle a cualquier preso si el dinero no compra la justicia
Díganle a un paciente que espera afuera de la sala de emergencias a que lo atiendan que el dinero no compra la salud
Díganle a una prostituta que el dinero no compra el placer
Díganme a mí que el dinero no compra la felicidad

Numeros

En respuesta A Jacky

Resulta que hace un par de meses leía el urbe y me tope con un articulo de Jackeline Ricci titulado “Los caballeros las prefieren brutas” (basado en un libro de Isabella Santodomingo), me hizo gracia pero sería necesaria la intervención de una amiga para finalmente decidirme a contestar, quería evitar a toda costa una confrontación de géneros pues ya estaba en medio de 2 discusiones así… pero esta noche mientras hacia mi habitual zapping en la tele di con un programa en Sony con el mismo titulo... Así que he decidido tomar cartas en el asunto.

Creo que en realidad la situación es al revés, Las damas los prefieren brutos (desde el animal en la cama hasta el que se queda lelo frente a la tv), sienten un placer al intentar cambiar al bruto, en domesticarlo mientras emulan el mito de Tarzán o como dice Jacky, se transforman en Campanita mientras ayudan a Peter Pan a crecer… mientras tanto, el pobre bruto no entiende lo que sucede y se cree el rey del mambo.

Resulta muy cómodo para el hombre común conseguirse a una bruta, una que se conforme con su rol secundario y espere (y acate) las instrucciones que el hombre le da, incapaz de hacer cualquier cosa que le reporte un poco de independencia (o dicho en lenguaje femenino “cualquier cosa que ponga en peligro la relación”), lo único que necesita es una casita con jardín y una cocina amplia para sentirse realizada, no me dirán ustedes que no es una papaya. Porque dicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, pero detrás de una gran mujer solo hay soledad, porque el hombre promedio no se lanza por ese barranco que solo lleva al anonimato, al embargo de los pantalones de la casa y a la agonía del ego masculino al ocupar el segundo plano.

Yo como utopista que soy busco el equilibrio entre belleza e inteligencia, no son necesarias las habilidades en el uso de la plancha, o que venga con un recetario adjunto… en realidad simplemente me basta con que la susodicha sepa que es lo que quiere y que se sienta feliz consigo misma, ¿es mucho pedir?, Lo es si tomamos en cuenta las propiedades embrutecedoras de el agua oxigenada y la relación proporcionalmente inversa entre el tamaño del tacón y el tamaño del cerebro; Así que heme aquí en una quijotesca búsqueda de una Mujer Maravilla con físico e intelecto(paso del jet invisible); La busco aún a riesgo de ser opacado por esta pero como ya he dicho en anteriores notas, tengo tendencia a la autodestrucción.

Finalmente y para Responderle A Isabella Santodomingo, uso la pregunta de Luis Fernández “¿Sabe usted como se llama el esposo de Margaret Tatcher?”