martes, 16 de agosto de 2011

Tyler Durden


Golpeame tan fuerte como puedas

Probablemente SI es posible que el mundo pueda vivir en paz respetando todos nuestras diferencias, Quizás SI es posible ser feliz, amar y ser amado, Tal vez yo SI estoy loco o sencillamente soy mitomano, a lo mejor esto de vivir tiene algún sentido y no los explican al morir; Puede ser o Puede que no.

No podemos vivir en paz: simplemente es imposible concordar 6 billones de mentes distintas en una misma idea porque absolutamente todas son distintas… Se lo que dirás “Ningún hombre es una isla”, eso es cierto pero si la naturaleza nos hubiese dado cuernos (colmillos o garras, cualquier cosa para defendernos) jamas nos hubiésemos asociado, nuestro vinculo se basa en el temor a la soledad no en el gusto de la compañiía.

Yo no tengo corazón: Tengo un órgano encargado de bombear la sangre, el no se rie, el no piensa, el no siente emociones, el no se rompe porque las personas son estúpidas; Admito que me caes bien, si tienes tus encantos y probablemente pueda acostumbrarme a vivir contigo pero No te amo, No creo que seas mi vida, No quiero vivir contigo para siempre, esa es una palabra demasiado larga. Por favor no me ames, esta probado que todo lo que amas te daña, te olvida o muere.

Esta es tu vida: no importa lo que tu quieres, lo que merezcas, lo que te falta o cualquier opinión que tengas; Debes soportar como todo cambia a tu alrededor sin que exista alguna posibilidad de evitarlo… Tienes que aceptar que vas a morirte, y que luego de ello vas a ser olvidado… es probable que te recompensen si te portaste bien o que te castiguen si te portaste mal, pero eso solo lo descubriras cuando ya no importe.

Y lo mas importante es que debes aceptar que no eres especial, entre casi 7 billones de humanos muy dificil ser diferente y casi imposible ser especial así que no te consideres único porque en realidad solo eres una mutacion medianamente distinta a los monos…fuera de tu capacidad cerebral tu único logro fue tener pulgares opuestos.

Ahora te lo repito, golpeame tan fuerte como puedas…No quiero morir sin tener cicatrices.


domingo, 14 de agosto de 2011

SOBRE

Viví

Estaba en las costas del estado Sucre, quería encontrar una playa realmente especial y para ello tenia que cruzar un trayecto de quince metros entre una playa y otra; El problema es que entre ambos extremos de piedra estaba el mar que choca furiosamente con una pared de roca que funge como telón de fondo. Una ola revienta y al recogerse el mar deja al descubierto un camino de arena entre algunas piedras, tras un lapso de algunos segundos otra ola cubre el camino y se estrella nuevamente contra la pared; Si algo hay que reconocerle a Juan Ravelo es que es un tipo valiente; Era fácil, solo tenía que bajarme del peñón en el que estaba para correr hasta uno similar a casi quince metros de distancia, era como cruzar una avenida en la que solo hay un carro que ocupa todos los canales y que no frena ¿Qué puede salir mal?.

Otra ola revienta y esa fue la señal para que, al recogerse, yo abandonara mi posición y comenzara la carrera que no llegué a completar ya que una ola me sorprendió a mitad de camino, mientras se alzaba monstruosa sobre mi vislumbre una roca que podría hacer las veces de escudo y me aferré en dirección opuesta a la ola para soportar el impacto, eso lo logré. Estaba empapado, pero muy cerca de mi objetivo sin embargo cuando estaba por reanudar la marcha una ola se formó repentinamente y me devolví a mi “Escudo”, no tuve tanta suerte esta vez. Mis dedos se deslizaron y perdí todo contacto con la tierra firme mientras la corriente me reclamaba como su juguete, mantenerme a flote se convirtió en mi nueva prioridad que debía ganarme respiro a respiro; Divisé la orilla (cada vez más distante) y tracé una nueva estrategia… debía nadar en línea paralela a la orilla hasta conseguir librarme de la resaca que se tornaba más poderosa a cada segundo. Nadé.

Conocen el término “Correr por tu vida”, esto era igual pero en el mar, llegado un punto cerré los ojos y concentré todas mis energías en nadar, brazada a brazada peleé por tener más años que vivir, Inspiraba y Exhalaba con el fin de ganarme otro día mas en este planeta y cada pataleo me impulsaba a la orilla en donde estaban mis sueños, mis derrotas y cada uno de los aspectos que conforman mi vida así que en resumen se podría decir que luché por mi existencia; Cuando terminé me detuve para abrir los ojos y comprobar que estaba nadando en dirección correcta; Terror, ¡no había avanzado ni un metro!.

Estaba en el mismo lugar, a escasos diez metros de cualquier orilla (a estas alturas no importaba llegar a cualquier lugar siempre y cuando llegara), con la diferencia que me encontraba exhausto, difícilmente lograba mantenerme a flote y era cuestión de tiempo para que viniera la próxima ola. Esa ola tomaría mi cuerpo de 60 frágiles kilogramos para estamparlo violentamente contra la pared de piedra y luego arrastrarlo más lejos, más profundo y repetir el ciclo.

La vi formarse, en la superficie el mar lucia sereno pero en el fondo la corriente tomaba cada vez más fuerza, finalmente asomó la cresta y fue alzándose en una marcha majestuosa e indetenible; “Fin del juego”-pensé-“Es aquí y es ahora”, no vi mi vida desfilar frente a mis ojos, tampoco imagine el futuro que estaba por desparecer, simplemente podía pensar en lo que vendría justo después de que mi corazón se detuviera… ¿Y luego que?

En cuestión de instantes tan breves como la mirada de un desconocido, la ola me arrastro a su paso y reventó antes de estrellarse contra la pared. Yo aproveche el momento en el que reventó para sumergirme aprovechando esa fuerza que me hundia para tocar el fondo de arena y anclar ambos pies a tierra mientras sentía la corriente impulsándome hacia el frente en la inercia de la ola; Tras un instante la corriente desapareció y el mar empezó a recogerse con rapidez mientras yo al igual que un árbol buscaba echar raíces di cuenta que el agua ya llegaba a mi cintura y que la amenaza estaba a mis espaldas en una breve pausa.

Fueron tres o cuatro las zancadas que me tomó sin embargo en un instante había regresado al punto inicial de esta historia, tosiendo agua y temblando del frio mientras escuchaba las voces de mis amigos llamándome cada vez más cerca, me divisaron sobre una piedra palido y empapado..

-¿Qué pasó?- preguntaron con cautela.

-Nada, me mojé un poco.